Entrevista a José María del Río: “Recomiendo no decir nunca ‘ya he llegado’, sino ‘voy de camino’”
Con más de cincuenta años de carrera a sus espaldas, José María del Río es uno de los nombres de oro de la locución en español. Nacido el 25 de noviembre de 1942 en Madrid, es conocido por poner voz a importantes personalidades en documentales y a veces en el mundo del cine. De sus más de 700 trabajos, podemos destacar el doblaje de Carl Sagan en la serie documental «Cosmos: Un viaje personal», así como la narración de numerosos documentales de naturaleza emitidos en la televisión pública española durante los años 80 y 90, como «A vista de pájaro».
Además, es la voz detrás de personajes en películas icónicas, como Kevin Spacey en «American Beauty» y otros actores como Billy Bob Thornton y Richard Dreyfuss. En los últimos años ha sido narrador en la serie infantil de animación «Pocoyó», de los últimos documentales de Sir David Attenborough y ha colaborado en el programa «Cuarto Milenio».
Gran conversador, tan curioso como comunicativo y afable, nos recibió para una agradable conversación de la que os ofrecemos los mejores momentos.
Puedes ver la entrevista completa a José María del Río en este vídeo:
Su papel más famoso probablemente sea Cosmos, de Carl Sagan. ¿Cómo recuerda ese doblaje?
Me has dado en el punto más débil que tengo de toda mi trayectoria. Lo hice porque la persona que lo iba a hacer en el estudio en el que yo estaba no tenía tiempo (porque era una persona contratada) y me dijeron: “Hazlo tú”. Y yo, cuando empecé a ver aquello, con la música de Vangelis… ¡No podía hablar! No… Se me ponía en la garganta un nudo y tenía que decir “Vamos a parar”. Porque claro, ya empezar a ver el cosmos, ver la Tierra desde lejos…
¿Cómo es su sistema habitual de trabajo?
Me pongo un auricular (el otro me lo dejo al aire para oírme hablar por fuera), y digo que me gustaría tener en el oído que tengo por el auricular la referencia lo más fiel posible… Con un buen sonido, con la voz y el ambiente sonoro. O sea, toda la banda sonora original; tenerla aquí bien. Entonces yo me echo en ese mar, me echo en esa piscina y vivo ahí, esa es realmente la sensación. Entonces si yo empiezo así, la música de Vangelis… ya estás secuestrado, ya eres tú Carl Sagan. Y si encima tienes una serie de condiciones para que suene… ¡magia!
Yo le oigo a él y cojo su tono. Es intuitivo casi, le sigo totalmente. Uno en el doblaje no tiene que poner su maravillosa voz, tiene que ser un servidor del que está ahí, que ese es el importante.
Últimamente ha doblado a David Attenborough…
Yo le tengo un cariño… si yo supiera inglés le llamaría un día por teléfono. De los documentales que hacíamos hace veinte años, treinta años, que empezábamos a hablar “pa-pa-pa…” y era una hora, cincuenta minutos sin parar… ahora va todo en frases cortas, diciendo, viviendo dentro de eso, puntos suspensivos… ¡es que es una cosa exquisita!
¿Y qué nos puede contar de la experiencia de Pocoyó?
Cuando vi ese mundo tan esquemático, tan plano, tan sencillo… me fascinó, porque además es que, es una forma distinta de película infantil. Y darle la vidilla que tiene que dar, es una actuación más que una narración. Para mí es una satisfacción muy grande, porque además el mundo de la infancia desde mi edad lo ves como un sueño. Y yo creo que de alguna forma (voy a presumir) en la locución de Pocoyó se nota que me gustan los niños.
Nos gustaría echar por un momento la vista atrás, a sus comienzos en la profesión. Fue allá por los años 60, ¿verdad?
Yo quería ser montador musical. Entonces los seriales, las novelas, los teatros que se hacían en la radio, tenían la ambientación musical. Abrieron una escuela de radiofonismo, que se llamaba Centro Español de Nuevas Profesiones, y entonces yo me fui allí, empecé a practicar y ya me fui decidiendo por la locución. Luego recuerdo que me fui a lo que era Radio Juventud, me hicieron allí una prueba y estuve allí en un cuadro de actores. Eso me llevó dando pasitos al cuadro de actores de Radio Nacional de España. Me llamaron de allí y allí tuve una estancia de muchos años. Bueno, impresionante, hicimos todo el teatro, toda la literatura.
Por último, ¿qué consejo podría ofrecer a los profesionales jóvenes, que están empezando, o incluso a los que se plantean iniciar una carrera como locutores?
Para mí, que soy un poco exagerado, no decir nunca “Ya he llegado” sino “Voy de camino”. Ir a las salas de doblaje, claro; creo que en los estudios puede una persona estar en la sala. Y sobre todo, leer. Leer en voz alta, oírse. Coger un texto, leerlo de una manera… Y bajar, desde decir “Voy a hacerlo con mucho énfasis” a “no, un poquito menos de énfasis”, a ver si le da más emoción decirlo más abajo… Y no parar, no hasta que te llamen y empieces a ganarte la vida con el oficio, sino no parar nunca. Porque siempre hay otra forma de hacerlo.
Es que, yo últimamente además reflexiono mucho (cuando llevo ya muchísimos años) que el aprendizaje, el mirar, pues es como el pintor que empieza a pintar a los quince años y cuando tiene ochenta sigue pintando, y sigue mirando, corrigiendo… Eso últimamente lo estoy viviendo con mucha intensidad. Y eso te mantiene alerta, te mantiene ilusionado.
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