Doblaje en español. Una de las tradiciones artísticas más prósperas de España ha sido desde hace muchas décadas el doblaje. Nos acostumbramos desde pequeños a ver el cine y las series que venían de fuera con voces en castellano, y gracias a eso, la industria se desarrolló dando lugar a grandes profesionales. Así hemos disfrutado de muchas voces inolvidables que han llegado en ocasiones a superar la calidad de los actores originales.
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Aquí recordamos algunos ejemplos célebres de grandes doblajes en español que pasaron a la Historia:
Cyrano de Bergerac (1993)
Es quizá el doblaje en español más trabajado que jamás se haya hecho. El guión en verso de la película (basado en la obra de teatro de Edmond Rostand), fue traducido y adaptado… también en verso. El director Camilo García pasó tres meses estudiando frase a frase el original y buscando la manera más natural de encajar el mismo significado en las mismas sílabas y rimando.
García dobló además al protagonista, encarnado por Gerard Depardieu. Su voz profunda y grave, es una de las leyendas de la profesión en España, especialmente por su vinculación con los papeles de Anthony Hopkins.
Buscando a Nemo (2003)
Si el doblaje pasa normalmente desapercibido para la mayoría de la gente, que no se detiene a pensar que las voces que oye no son las de las personas que ve en pantalla, Buscando a Nemo consiguió marcar la diferencia. Y es que por primera vez se habló del doblaje.
Lo cierto es que era un trabajo estupendo realizado por grandes profesionales muy consolidados, como José Luis Gil o Ramón Langa… pero lo que llamó de verdad la atención fue el trabajo de una actriz no vinculada al mundo del doblaje: Anabel Alonso. Su interpretación de la pececita Dory consiguió cautivar tanto al público que más de una década después, cuando se estrenó la secuela, Buscando a Dory, nadie del público quería otra voz que no fuera la de ella haciendo el papel.
¡Uno, dos, tres! (1961)
Durante muchos años, cuando alguien preguntaba por el primer puesto en el podio de los grandes dobladores españoles, un solo nombre se repetía una y otra vez: Ángel María Baltanás. Parte de su leyenda puede deberse a que murió joven, pero lo cierto es que en su tiempo, pocos profesionales llegaban a su estatura.
En la comedia de Billy Wilder, ¡Uno, dos, tres!, Baltanás se enfrentó a un reto casi imposible. Resulta que en esta comedia el diálogo era como una ametralladora, los actores originales (especialmente el protagonista, James Cagney), sufrieron un rodaje infernal por las exigencias de un guión en el que tenían que pasarse escena tras escena vociferando a toda velocidad, con matices, para resultar divertidos, y sin que se les trabase la lengua. En algunos casos llegaron a hacerse decenas de tomas de un mismo plano, porque los actores no eran capaces de dar el nivel.
No sabemos cómo fue el trabajo de doblaje, pero sí el resultado. Baltanás se mete en la piel de Cagney y aporta el matiz exacto a cada frase, sin perder en ningún momento el tempo y manteniendo una sincronía prácticamente perfecta. Resulta tan natural ver esta película doblada que uno puede no ser consciente del doblaje y de la obra de arte que supuso.
Una noche en la ópera (1935)
Y acabamos con los hermanos Marx, y su película más famosa. Frases como “Y también dos huevos duros” o “la parte contratante de la primera parte”, siguen en el imaginario colectivo español más de ochenta años después de que esta película se produjese. Son traducciones literales del guión original, que sin duda tiene el mérito.
Pero traducir una película de los hermanos Marx es a veces imposible, porque su humor se suele basar en juegos de palabras que solo tienen sentido en inglés. En otras películas del trío, la traducción resultaba absurda y poco graciosa, pero en Una noche en la ópera el adaptador fue un genio del humor: Miguel Mihura. Gracias a eso, los chistes que no se podían trasladar al español fueron sustituidos por otros, como mínimo, tan graciosos como los originales.
Un ejemplo: – Soy Henderson, del cuerpo de vigilancia.
– Pues vigile su peso, porque está engordando.
Además, los intérpretes realizaron un trabajo de primera calidad: con José María Ovies metido en la piel de Groucho Marx con tanta fluidez y naturalidad que para muchas generaciones su voz quedó asociada para siempre al cómico neoyorquino.
¿Recordáis algún otro doblaje en español memorable? ¡Os animamos a compartirlo con nosotros!
2 thoughts on “Grandes doblajes de cine en español”
No soy muy de doblaje, pero reconozco que hay casos que mejoran el original: Langa con Bruce Willis -Langa aporta un toque de canalla simpático del que carece la voz de Willis-y el difunto Constantino Romero con Darth Vader.
Dos grandes ejemplos. Estamos totalmente de acuerdo contigo. Gracias, Juan.